La primera impresora 3D fue creada en 1984 por Charles Hull, quien la llamó "estereolitografía". Hull pasaría a cofundar 3D Systems Corporation, una de las organizaciones más grandes y prolíficas que operan en el sector de impresión 3D hoy en día.

La tecnología fue inicialmente llamada "Prototipado Rápido" (RP) porque sus aplicaciones iniciales estaban enfocadas en el prototipado del desarrollo de productos dentro de sectores industriales.

A lo largo de los años 90 y principios de los 2000, la I+D en esta tecnología se concentró en gran medida en aplicaciones industriales, y el término "Fabricación Rápida" ganó prominencia junto con "Prototipado Rápido" a medida que se desarrollaban procesos y materiales que permitían la producción de piezas de uso final.

En 2009, las primeras patentes de FDM expiraron, y surgió una enorme comunidad de desarrolladores de impresoras 3D de código abierto. Esto llevó a que las primeras impresoras 3D de escritorio estuvieran disponibles para el público.

Hoy en día, la impresión 3D se utiliza en muchos sectores, incluyendo:

• Industria médica y dental
• Aeroespacial y automotriz
• Arquitectura
• Industrial design
• Moda y joyería
• Educación
• Industria alimentaria

¿Y qué sigue? De lo que estamos seguros es que la tecnología de impresión 3D no tiene límites y está en auge. Sin duda, tiene todo el potencial para seguir sorprendiéndonos y revolucionar muchos más sectores e industrias que necesitan un cambio para mejorar y volverse más sostenibles y/o eficientes.

Fuente: 3D Natives y Wikipedia.